Mª del Mar Sánchez Estrella

El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Sevilla ha pedido al alcalde hispalense, el socialista Juan Espadas, que «tome cartas» ante una Bienal de Flamenco «indefinida» y «descabezada», ya que «no se sabe hasta cuando va a durar esta situación».

En rueda de prensa, la concejal del PP María del Mar Sánchez Estrella critica las decisiones tomadas «a la carrera, a la ligera y sin una causa objetiva» que asegura que han «lastrado» la Bienal. Considera que el concejal de Cultura, Antonio Muñoz, ha creado un problema «donde no lo había» y muestra su preocupación por «la falta de noticias en relación a la dirección» de la vigésima edición.

Por ello, pide a Espadas que «coja las riendas y nombre cuanto antes a la persona adecuada que ponga orden en este desastre y que consiga que este triste capítulo de la Bienal se cierre definitivamente y comience a hablar de ésta como lo que es, el mejor festival de flamenco del mundo», ya que entiende que, «si no se soluciona rápidamente, se tendrá mucho que lamentar el próximo año».

Sánchez Estrella incide en el «despropósito» de la situación y hace referencia a los anuncios de «cambios» realizados por Muñoz en el pleno de junio. «Este cambio venia motivado por unas supuestas irregularidades que Participa Sevilla denunciaba en relación a las cuentas de la Bienal de 2016 y que intentó achacar al director entonces, Cristóbal Ortega, pese a que el director de la bienal no es el responsable de los expedientes económicos ni de los pagos de la misma», señala.

Según señala, «presionado por Participa Sevilla, a los pocos días Cristóbal Ortega fue destituido y el 17 de julio se anuncia el nombramiento de José Luis Ortiz Nuevo como director de la bienal, quien dimite el 27 de septiembre, siendo el director que menos ha durado en la historia de este Ayuntamiento y que se debe a desencuentros con Muñoz por los nuevos nombramientos para la Bienal».

Recuerda que las dos ultimas bienales presentaron su programación en enero y febrero, «lo que permitió que en la primavera el 60 por ciento de las entradas estuvieran vendidas, promocionarla en foros turísticos y culturales y que el balance de las mismas arrojara cifras históricas con el 96 por ciento de las entradas vendidas, lo que indicaba el éxito de publico de la bienal».

En este marco, se pregunta qué pasará en 2018, tras asegurar que hay dos programaciones preparadas, la de Ortega y la de Ortiz Nuevo, pero «no sólo hay que programar, hay que cerrar espacios, espectáculos, diseñar las actividades paralelas, promocionarla y difundirla, realizar los contratos de servicios, entre otros».

Advierte de que los propios artistas «deben estar preguntándose que va a pasar con los proyectos que han presentado Ortega y Ortiz Nuevo». «No saben si seguir adelante, ofrecerlos a otros festivales, firmar otros contratos», reitera.

«Nunca pudimos pensar que cuando Muñoz hablaba de la Bienal de 2018 como edición especial, con un modelo nuevo y nuevo diseño, se estaba refiriendo a un director cesado sin motivo objetivo y otro nombrado y dimitido en menos de tres meses, además de una Bienal descabezada a menos de un año», concluye.